Lleva ese nombre por obvias razones. Se vende junto a la barda que separa a la ciudad del ferrocarril y del puerto maritimo. Desde los años cincuenta hasta la fecha se compone el periodo de su auge, al grado de que hace siete u ocho años un solo puesto vendia la cifra nada despreciable de mil tortas en una mañana, segun palabras de los vendedores. Antes, para las tres de la tarde era dificil conseguirlas, pues se habian agotado. Actualmente los cuatro o cinco puestos que hay ahi se mantienen abiertos durante las 24 horas del dia. Elaborada actualmente a base de pan frances, frijoles, aguacate, verduras. chorizo, jamon, queso de puerdo, queso amarillo, salsa con chicharron de puerco, queso blanco ternera, la torta de la barda es hoy por hoy un antojito consumido lo mismo por ricos y pobres, convirtiendo el lugar en una zona de confluencia tan grande como la plaza o el carnaval. "Aqui dicen los torteros llega toda clase de gente. Algunos vienen a bordo de sus carros de ultimo modelo, otros llegan en bicicleta o a pie. A todos los atendemos por igual porque para nosotros, todos son importantes. Nos peleamos la preferencia de cualquiera".

En el fragmento de barda que le corresponde al puesto de Rene y su hijo Cepillin, se puede leer: "A sus ordenes desde 1928". Ningun otro puesto tiene una leyenda que de a entender que estan en desacuerdo con aquella afirmacion. Todos sabemos que hay cuentos de expedios de tortas tipo barda dispersos por la zona conurbada. Nadie ha dicho "yo las invente", excepto Rene. Su nieto, que atiende el negocio por las mañanas da algunos pormenores de la historia, pero prefiere avisarle a su abuelo para que el nos cuente una version mas fiel. En 1928, el primer vendedor de tortas que coloco su puesto en la famosa barda fue el señor Jose Maria Broncamontes Contreras las tortas eran entonces de pan frances con frijoles, sardina, verduras y salsa. Tambien las preparaba con longaniza o con queso de cuajada. Rene tenia cinco años y ayudaba a su padre en el negocio. Recuerda que el precio por torta era de diez centavos y la huapilla costaba dos. Las cosas no variaron mucho durante las proximas tres decadas, excepto porque su padre dejo el negocio en manos de Francisco, otro de sus hijos, mientras que Rene trabajaba como alijador en los muelles.

En 1953 -dice Rene-, yo regrese para hacerme cargo de la venta de aguas frescas, y mi hermano preparaba las tortas. Luego el se caso y se independizo poniendo su negocio a 15 metros del negocio de mi padre. Por supuesto, estando el acreditado, se lleva la clientela dejandonos a nosotros con una venta diaria de cinco tortas. Yo estaba casado tambien y por necesidad, combinaba mi trabajo en la torteria por las mañanas, con mi oficio de alijador por las noches". "Era tanta mi necesidad que, con la ayuda de Dios, un dia que pasaba por el mercado, ahi frente a una salchichoneria, se me ocurrio agregarle a mis tortas pastel de pollo. Me di cuenta que al hacerlo me aumento la venta de cinco a veinte tortas. Luego, cambie el pastel de pollo por jamon y asi sucesivamente le fui agregando cada uno de los ingredientes con los cuales hoy se elaboraron las famosas tortas de la barda. El ultimo ingrediente que le puse fue el chicharrron a la salsa". Lucio Rene Bracamontes Martinez se llama el hombre que asegura ser el inventor de estas tortas.

Hernandez, A. R. (Ed.). (15/Enero/2000). ¿Quien invento las Tortas de la Barda? El Sol de Tampico.

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